En Basilea, Suiza, en el 7 de agosto de 1566 se deslumbraron en el cielo, en el momento en que salio el sol se vislumbraron miles de esferas rojas y azules en forma de disco que se desplazaban con mucha rapidez y celeridad, de repente empezaron a disputarse entre ellas, tornándose algunas rojas y fogosas, y asi como aparecieron, de repente se consumieron y se disolvieron.
Esta octavilla procede de Núremberg y cuenta la nueva de una «muy horripilante aparición» en el momento de la salida del Sol,
el 14 de abril de 1561. Fue vista «por muchas personas, varones y
mujeres». Eran «esferas» de color rojo sangre, azulado y negro, o
«discos anulares», cerca del Sol, «tres por ejemplo en fila / a veces
cuatro en cuadrado, y también algunas solas / y también se han visto
entre esas esferas algunas cruces de color sangre». Había también «dos
grandes tubos» (o tres)... «en cuales pequeños y grandes tubos / estaban
de a tres / también de a cuatro y más esferas. Y todos ellos comenzaron
a pelearse entre sí». El fenómeno duró aproximadamente una hora. Luego
«todo ello como ofuscado por el Sol / cayó a la Tierra desde el cielo
como si todo ardiera / y con gran vapor desapareció poco a poco sobre la
Tierra». También se vio, bajo las esferas, una figura alargada, «igual
que una gran lanza negra». Naturalmente, esta «visión» se entendió como
advertencia divina.
Pero, ¿existe una explicación para esto?
Existe un fenómeno llamado parhelio, este ocurre en temperaturas bajas, la partículas del hielo reflejan varios soles ficticios en diferentes direcciones.
la flecha negra podría ser un un rayo crepuscular.
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